Hace 14 mil millones de años todo el universo estaba comprimido en un espacio un billón de veces más pequeño que el punto final de esta oración.
La súbita expansión de este punto, fenómeno popularmente conocido como el Big Bang, explica la evolución del universo observable desde sus inicios conocidos.
A diferencia de lo que muchos creen, el Big Bang no es una hipótesis. Por el contrario, es un hecho que ha sido comprobado una y otra vez.
El Big Bang fue propuesto
como hipótesis por primera
vez en 1931 por el sacerdote
y físico Georges Lemaître.
En 1948, George Gamow predijo cómo podría comprobarse la existencia del Big Bang: si hubo una explosión con tanta luz, esta luz debería existir todavía, aunque debilitada.
En 1948, George Gamow predijo cómo podría comprobarse la existencia del Big Bang: si hubo una explosión con tanta luz, esta luz debería existir todavía, aunque debilitada.
En 1965, dos científicos que trabajaban en una nueva antena de microondas, captaron por accidente una señal que aparecía en cualquier dirección. Era un ruido omnipresente que no tenía explicación.
Tras múltiples cálculos, descubrieron que esa señal era la luz remanente del Big Bang.
Y por este descubrimiento que cambió nuestra forma de ver el universo, ganaron el premio Nobel de Física en 1978.