Tras el derrocamiento de Porfirio Díaz, Francisco I. Madero asumió la presidencia. Sin embargo, una traición desató lo que se conoce como la Decena Trágica.
¿Qué pasó en aquellos fatídicos días?
En 1913, a tres años del inicio de la Revolución Mexicana, el gobierno de Madero acumulaba detractores y opositores por no cumplir con sus promesas de campaña.
Los generales Manuel Mondragón y Gregorio Ruiz se levantaron en armas contra Madero el 9 de febrero de 1913.
Victoriano Huerta, quien era hombre de confianza del presidente, prometió luchar a su lado.
Pero Huerta sólo estaba comprando tiempo para ver cómo se desarrollaba la situación y cómo podía acabar beneficiado.
Luego de que el general Lauro Villar fue herido en la defensa de Palacio Nacional contra los porfiristas Félix Díaz y Bernardo Díaz, Huerta se convirtió en el encargado de defender a Madero.
Mientras Madero trataba de retomar el control, Huerta se reunió con los opositores en la embajada de EUA para desconocerlo y ser el nuevo presidente.
A esto se le conoce como el "Pacto de la Embajada".
El 18 de febrero, Madero y el vicepresidente José María Pino Suárez fueron arrestados en Palacio Nacional.
Gustavo A. Madero, hermano del presidente, fue detenido y asesinado tras citarse con Huerta.
El 19 de febrero, Pedro Lascuráin, el secretario de Relaciones Exteriores asumió el cargo de presidente de México.
Pero solo por 45 minutos, ya que dimitió a favor de Huerta.
Así, se consumó el golpe
de Estado.
A pesar de que varios gobiernos del mundo pidieron que no fueran asesinados, Madero y Pino Suárez fueron ejecutados el 22 de febrero de 1913.