El joyero Ataúlfo Morales compró un predio en Tapachula, Chiapas, en el que había cinco árboles de mango.
Los árboles daban fruta tan dulce y pulposa que se volvieron famosos en la región.
Al oír de estos mangos, el ingeniero agrónomo Héctor Cano, director del Instituto Mexicano del Café, realizó los primeros estudios a los árboles para clonarlos.
El fruto nuevo fue bautizado con el nombre científico de Mangifera caesia Jack ex Wall, pero terminó siendo conocido como Mango Ataúlfo, en honor al propietario de la finca.
El Mango Ataúlfo se caracteriza por una composición promedio de 69% de pulpa, 19% de cáscara y 8.5% de hueso o semilla.
En 2003, se emitió la denominación de origen "Mango Ataúlfo del Soconusco Chiapas", sello que lo identifica como producto originario de la región.