Aunque se creía que podía salvar al mundo, los accidentes de Chernóbil y Fukushima le dieron una terrible reputación a la energía nuclear.
Se cree que la energía nuclear es sucia e insegura. Por eso, muchos países han empezado a cerrar sus plantas nucleares.
Sin embargo, la energía nuclear es mucho más confiable de lo que se cree.
Esta energía se usa para calentar agua, que mueve turbinas y genera electricidad.
Por la manera en que funcionan, las plantas nucleares no pueden estallar como una bomba atómica.
Actualmente se ha alcanzado una tercera generación de reactores donde es imposible un accidente como el de Chernóbil.
De ahí que muchos científicos aún confían en que la electricidad del futuro será la nuclear.