México está ubicado en una zona sísmica donde interactúan cinco placas tectónicas: la de Norteamérica, Cocos, Pacífico, Rivera y Caribe.
Los sismos son más frecuentes en el sur del país, donde las placas se mueven 7 centímetros por año.
En el norte la velocidad es solamente de 3 centímetros por año.
El movimiento de las placas tectónicas no se puede controlar.
Y por ello, tampoco es posible predecir cuándo ocurrirá un sismo.
Sin embargo, los sistemas de medición son cada vez mejores.
Y la población ha aprendido a reaccionar de manera más oportuna con medidas de prevención.