Xoco, como otros pueblos originarios de la CDMX, padece desabasto de agua, congestionamiento vial, destrucción de áreas verdes, encarecimiento de servicios y despojo de su territorio.
¿El motivo? Los grupos inmobiliarios que no respetan los ordenamientos ni plantean sus proyectos buscando un desarrollo sustentable.
En la CDMX hay 211 denuncias contra desarrollos inmobiliarios y Fideicomisos de Inversión en Bienes Raíces (Fibras). 63 son contra Fibra UNO, el grupo detrás de Mitikah, desarrollo que tiene 33 demandas en su contra.
Ninguna ha prosperado.
La lucha de Xoco es la punta de lanza en la defensa de territorios y recursos como el agua, que hoy están en peligro en toda la capital.
También es la lucha por un entorno más habitable, plantando cara a inversionistas coludidos con autoridades omisas.